sábado, 9 de marzo de 2013

Llueve sobre mojado


Hoy, igual que ayer, que antes de ayer, y que todos los días que alcanzo a recordar, llueve sobre mojado. Por eso, he salido de casa sin paraguas y con unas chanclas de colores, que tienen escrito “I love summer”.

 He pisado todos los charcos que me he encontrado en el camino y he llegado a tu casa empapada y sonriendo. He dado cinco timbrazos, imitando la musiquilla de los anuncios de Mac Donald y me he sentado en el escalón a esperar. Has tardado en abrir, pero da lo mismo, llevo demasiado tiempo calada hasta los huesos.

No te dado un beso, simplemente te he devuelto tu sudadera de Oxford, la que me regalaste hace millones de años, y que siempre he usado para dormir. Me resulta ridículo, que en algún momento llegara a pensar, que tenerla tan cerca, me haría soñar contigo. Tus ojos piden una explicación, pero tus labios permanecen sellados.  Lo sabes. Tú no puedes cambiar y yo ya he gastado las, setenta veces siete, oportunidades que tenía para ofrecerte. 

Bea Fernández.

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