No puedo escribirte, porque no queda tinta en el cartucho de
mi impresora a color. No puedo ir a comprar un recambio, porque es domingo y
los empleados no suelen trabajar por gusto en su único día de descanso. No
puedo coger un autobús que me lleve a un lugar donde sea sábado, porque todos
los caminos me conducen a ti. No puedo no estar a tu lado.
No puedo decirte que te quiero tanto que no puedo decírtelo.
No puedo llegar al portal de tu casa y enmudecer. No puedo pedirte que me ames
porque no puedo hacerte en todo momento feliz. No puedo estar a tu altura. No
puedo ser como te mereces porque no puedo ser como no soy. No puedo luchar por
conseguirte, porque no puedo conseguirte y perseguir mas metas. No puedo
soñarte ni hacerte realidad.
No puedo hacerte feliz, porque la línea de tu felicidad
discurre perpendicular a la mía, y aquel momento en que se cruzaron está cada
vez más lejano en el tiempo. No puedo revivir ese recuerdo, porque es tan dulce
que me empalaga hasta su propia mención. No puedo hacerme a la idea de no
recordar el color exacto de tus ojos, el olor de tu perfume o el tacto de tu
mejilla. No puedo abrazarte porque tu olor se confundiría con el de mi colonia,
y la suavidad de tus pómulos es esfumaría entre mis manos ásperas. No puedo
besarte porque, por un instante, se apagaría la luz de tus ojos y mi corazón
moriría congelado, en completa oscuridad.
No puedo ir a nuestra primera cita; al verme sentirías una
profunda decepción. No puedo permitir que sepas que tu admirador secreto soy
yo. No puedo llamarte para cancelarla, porque me asusta que lo que tengo que decir,
te entristezca.
No puedo reconciliarme contigo porque nunca nos hemos
enfadado. No puedo echarte de menos si no estás. No puedo escribirte una carta
porque no queda tinta en el cartucho de mi impresora a color.
Bea Fernandez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario