No basta con tener
una idea. Las ideas tienen naturaleza torturadora y suelen ser muy quisquillosas con su propia
expresión. Es preciso encontrar las palabras adecuadas, o el trazo perfecto. Por
eso es mejor dejarlas reposar un rato y, el día que se muestren colaboradoras,
plasmarlas rápidamente en un papel, antes de que cambien de opinión y nos dejen
mientras dormimos, sin dejar si quiera un número de teléfono.
Bea Fernandez.
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